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Foto del escritor Viajeras Boricuas

#LoveIsNotTourism: Parejas binacionales afectadas por el cierre de fronteras.

“¿Que tienes que esperar 180 días para volver a ver a tu pareja?” es la pregunta que más he recibido a lo que respondo: -sí, al menos ahora tenemos una fecha para esperar; haber logrado eso…un logro colectivo, nos ha traído paz.



El movimiento Love Is Not Tourism (www.loveisnottourism.org) nace en las redes sociales en junio del 2020 ante el cierre de fronteras entre naciones que comenzó a principios de ese mismo año para prevenir contagios del COVID-19. Para diversos gobiernos, el cierre de frontera sigue siendo la solución, aunque a nuestro parecer, una solución vista desde un punto de vista blanco y negro, pues todavía a muchos no les ha cruzado por la mente los tonos grises que conlleva la misma. No tener idea cuándo volver a ver a tu pareja, esa que no comparte tu misma nacionalidad, por ejemplo (y, por si fuera poco).


Es importante enfatizar que el movimiento no pretende abrir fronteras para viajes entre naciones, en medio de una pandemia, como lo hacíamos placenteramente para ir de vacaciones, mas si el hecho de que viajar, para reencontrarse con la pareja, se reclasifique como razón esencial de viaje.

Desde el comienzo de la pandemia, no se han prohibido los vuelos entre territorios de los Estados Unidos y a países como México y Turquía, entre otros pocos; solo te piden prueba PCR negativa y uso mandatorio de mascarilla, como mucho. Por otra parte, estamos nosotros, dispuestos a pagar por las pruebas de COVID-19, llevar la cuarentena y quedarnos en casa, sin necesidad de vida social porque lo esencial que es en efecto, que se logre el reencuentro de y en nombre del amor.



La pandemia me agarró en Italia mientras visitaba a mi pareja y tenía dos entrevistas de trabajo. Jamás cruzó por mi mente, que viajar a Europa en febrero de 2020, iba a cambiar mi vida para siempre. Italia fue el primer país europeo en lockdown por lo que, en ese momento, le adelantaba a mi familia y amigos en Puerto Rico, lo que posiblemente les sucedería a ellos y al mundo en cuestión de semanas.


Fueron días de constante comunicación con la embajada de los Estados Unidos y con los oficiales de Inmigración en Italia para saber qué era la movida prudente en mi caso; ciudadana americana de visita en Italia, ni en hotel, ni en hostal, ni en airbnb; me encontraba segura en la residencia de mi pareja. ¿Quedarme más de 90 días ilegal o tomar un vuelo de manera forzada en medio de una pandemia y arriesgar mi salud?

Los oficiales decidieron la última y eso hice. Regresar a Puerto Rico sin saber cuándo volveríamos a vernos, pues el presidente de los Estados Unidos en turno había puesto un “ban” a los europeos, el cual hoy día, todavía sigue vigente.

Aunque me resulta difícil simplificar la vuelta forzada a Puerto Rico, el encierro disciplinado (pues protegerme del COVID-19 era mi única esperanza de parar la propagación y de ser parte de la solución) decido que, en este escrito, me concentraré en resaltar lo bueno y en visibilizar el movimiento que aún no ha sido tendencia en Puerto Rico.


En septiembre de 2020, el movimiento #LoveIsNotTourism, que siguió como hormiga brava sin parar y haciendo muchísimo ruido en Europa, logró que la Unión Europea permitiera la entrada de ciudadanos americanos (Estados Unidos entra en la lista E) por el motivo antes exigido: “reunification of international partners” y fui parte del primer vuelo “covid-19 free” en alianza entre la aerolínea Alitalia para destino Nueva York - Roma.

Entrevista con CNN en español como pasajera del primer vuelo "Covid-19 Free" de Nueva York a Italia.

¿Qué necesité para poder entrar en Italia bajo la cláusula de reencuentro de pareja?


  1. Carta de invitación, por parte de mi pareja, en la que estipulaba la tablilla del vehículo privado para buscarme en el aeropuerto y dirección donde me quedaría durante la estadía.

  2. Certificación de la Embajada de los Estados Unidos en donde señalaba que en efecto, a partir de septiembre de 2020, podía reencontrarme con mi pareja.

  3. Copia del decreto italiano que me permitía entrar como ciudadana americana para reencuentro de pareja.

  4. Copia de pasaporte de mi pareja.

  5. Evidencia de nuestra relación.

  6. Plan Médico Internacional.

  7. Vuelo de regreso.

  8. Declaración de llegada y motivo de estadía.

  9. Resultado negativo de COVID-19.

  10. Uso mandatorio de mascarilla.


Antes del 2020, me fascinaba viajar de manera libre y aventurera; aunque estructurada pero súper abierta a planes. En ocasiones, iba sin vuelo de regreso para ahorrar en el momento pues era cuestión de comprar pasaje de vuelta en el país en donde me encontrara para conseguir un mejor “deal”. Cabe destacar que eso cambió; aunque sigo firme en que en la vida a veces los planes no salen como uno espera (y si te consideras viajera, tienes que estar abierta a diferentes escenarios) ciertas cosas ya no son negociables para mí al momento de viajar.


Algunas son:

  • Notificar a la oficina de inmigración del país al que viajas, que estás en el país y hasta cuándo. Te evitarás malos ratos y los oficiales de gobierno harán lo necesario por ayudarte. Para mi suerte, domino el idioma italiano por lo que el proceso fue diligente, pero aclaro que en ese momento, yo no tenía conocimiento de que, aunque no es obligatorio, se recomienda notificarlo para que esta oficina gubernamental tenga récord.

  • Comprar vuelo de vuelta y llevar prueba impresa o descargada en el celular (si viajas como turista, o sea menos de 90 días) para que en una situación, de la que te veas obligada a abandonar el país, todo sea menos estresante.

  • Comprar un plan médico de viajes. Yo lo compré en Mondo (heymondo.com) pues cubría mi destino, Italia y hospitalización de COVID-19 o gastos alusivos, en caso de ser necesario.

Los que estamos en esta situación, nunca hemos querido romantizar el COVID-19 o la distancia; de hecho, al momento en que una pareja binacional decide crear futuro, las consecuencias y sacrificios siempre son retos de ésta. Conforme a la pandemia, a la que no se le vislumbra un fin cercano, #LoveIsNotTourism continúa siendo voz de ciudadanías que no comparten el mismo privilegio que otras y exige el derecho de reencuentro por igual, porque son miles los casos alrededor del mundo.

Aún queda mucho por hacer. A mi me cuesta simpatizar con la premisa de que eventos como la aglomeración de unos miles en el Super Bowl o la ola de turismo irresponsable en la Isla, por mencionar dos ejemplos, no sea visto como una amenaza de contagios mientras que la del caso de mi pareja, alguien dispuesto a venir con todo el proceso burocrático al que me sometí para entrar a Europa, sí lo sea.


Ni la Unión Europa permite a todas ciudadanías reunirse con sus parejas, ni Estados Unidos levanta el “ban” a los europeos, a los africanos, a los asiáticos y a ciudadanos de algunos países de América del Sur.



Aún no sé cuándo mi pareja pueda venir a Puerto Rico; nuestro futuro sigue tomando nuevas direcciones a raíz de esta situación, la oportunidad de trabajo remoto sigue siendo oportunidad, pero de lo que estamos seguros es, de que el verdadero virus es la falta de empatía y la pseudociencia. Si cada ser humano saliera de su burbuja, se daría cuenta que en el mundo pasan muchísimas más cosas y existen situaciones de las que, aunque no les afectan de manera inmediata, no los exime de ser parte de la solución. Cooperando con en el progreso científico, pararemos juntos la propagación del virus.


La salud mental de muchos continúa en manos de todos.


A todas las lectoras apasionadas, independientes, responsables y viajeras boricuas, por favor, compartan esto y utilicen los hashtags #LoveIsNotTourism y #LoveIsEssential en las redes sociales para lograr interés en el problema que vivo y viven miles de parejas en todo el mundo.

¡Cuento con ustedes compañeras!


- Victoria Vargas (IG: vico__________)

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